domingo, 27 de julio de 2014

SMARTER, o Cómo la Motivación depende de los Objetivos

La pregunta sería: ¿Nos han pedido alguna vez un plan, un trabajo o realizar un desarrollo profesional ambiguo en el que no sabemos por dónde habría que empezar ni lo que tenemos que alcanzar?
Puede que el error de inicio no sea nuestro, mas nos hace dudar que nuestra escucha no haya  interpretada bien las órdenes, o no sepamos en qué lugar situarnos para referenciarnos. En definitiva sobre nosotros mismos. No entendemos por qué hacer una cuestión, qué se pretende con ello o qué nivel de importancia tendrá si no lo hago bien.

Es, en ese momento, cuando la Motivación se encuentra en el punto más bajo posible, al encontrarnos perdidos sin rumbo ni dirección. El fracaso de una estrategia de Marketing, por ejemplo, puede deberse esta pérdida de motivación de los trabajadores, que no han comprendido o no tienen claros los objetivos.

Una de las principales habilidades directivas es, hacer que el proyecto o trabajo, hacer cumplir la Regla SMARTER para cualquier desarrollo empresarial que pretenda realizarse o llevarse a cabo. Es decir, la definición de los objetivos de dicho desarrollo bajo los siguientes parámetros: 

S: Específico
M: Medible
A: Alcanzable
R: Realizable
T: Temporalmente limitado
E: Evaluable
R: Revisable

Caso Práctico 1 (Mala praxis SMARTER):

Imaginemos un Directivo X de una Empresa Z que expone que este año hay que subir las ventas en un 45%, porque con respecto al año pasado hubo que hacer una fuerte inversión en material. Las pautas son aumentar las ventas, para lo que incentiva a sus trabajadores con un 0,2% más en cada venta. Dicho directivo volverá el año que viene para ver la evolución y si se ha llegado al 45%, con lo que premiará a los trabajadores subiéndoles un 0,5% las comisiones de venta para el siguiente año.

El resultado será que los trabajadores se preguntan como aumentar las ventas hasta el 45%, porque no saben si es un 45% más de producto, un 45% de los beneficios a obtener, cuánto tendrían que subir los objetivos mes a mes o si la evaluación será positiva si solamente se alcanza ese 45%. Y sobre todo, ¿con qué criterios hay que realizar las ventas o con qué promociones cuentan para aumentarlas?

Caso Práctico 2 (Buena praxis SMARTER):

Ahora imaginemos a nuestro Directivo X de la Empresa Z que viene con un plan bajo el brazo en el que dice que para alcanzar dicho 45% en las ventas, cada trabajador tendrá que aumentar en 5 clientes cada mes según el producto 1, o bien, 10 clientes cada mes bajo el producto 2, para alcanzar dicho objetivo. La comisión para incentivar es de dicho 0,2% sobre cada cliente nuevo. Pregunta a sus trabajadores como creen que podrían activar esos 5 clientes nuevos cada mes y que se les podría ofrecer a los clientes fieles una promoción para seguir contando con ellos, o que hagan un estudio de los productos o servicios que no tienen para complementar sus ofertas.

Indica que cada mes, se revisarán los incentivos y la evaluación de los procesos de venta, por si hubiera que realizar una reconversión del plan esperado, o al menos, ver el progreso para ver si el siguiente Plan tendrá las mismas características del primero o habrá que hacer los cambios oportunos para alcanzar el 45%.