Este fin de semana han estrenado
la película SexTape (Algo pasa en la Nube), donde Cameron Díaz y Jason Segel
son un matrimonio que después de 10 años abrumados por las responsabilidades,
deciden retomar su vida sexual. Así que deciden grabarse intentando resolver
las posturas de un libro.
Fuera de su vis cómica o de la
calidad buena o mala de la película, que eso se deja para los críticos, se
vuelve a retomar el asunto de cuánto de peligroso es nuestra intimidad. Usan la
Tablet del trabajo de Jack (el protagonista) para grabarse, con tan buena
suerte, que sincronizaba con otros aparatos que descargaban sus actualizaciones a través de una App instalada en dichas Tablets.
Los tienen sus clientes y el futuro Jefe (Rob Lowe) de Anne (la protagonista),
con el que se está jugando un jugoso contrato como Bloggera para una gran
compañía.
La película se convierte en un
vaivén entre el deseo, la reprobación, del qué pensaran, o de que en qué manos
acabará el vídeo. Aparecen los intentos de anulación del contenido, el chantaje
y otras historietas que se van produciendo.
Por eso hay que tener cuidado
cuando subimos nuestros datos, fotografías, tarjetas de crédito o cualquier
otro objeto que queramos cuidar de nuestra privacidad: Una vez hacemos que algo
aparezca en internet, perdemos el control de cualquier contenido y resulta
imposible contrarrestarlo, aunque en la película se mantiene este aspecto de
una forma más “soft” o “light” de lo que debería de ser.
Muchos son los avisos que nos
siguen dando, de manera directa o indirecta, a través de distintos medios y hay
que ser responsable de nuestros propios datos, y de nuestra vida privada para
no tener consecuencias en un futuro. Cuidemos nuestras Redes Sociales igual que
guardamos nuestra vida íntima y personal.