El día 1 de noviembre sale a la
luz la película “El Juego de Ender”,
y ha sido una larga espera, desde que hace diez años cayó en mis manos el libro
en que se basa, de O. Scott. Cuando
leí aquel libro, entendí muchas cosas que ahora veo como virtudes y defectos de
un líder. Trata sobre un niño de apenas 6 ó 7 años que es reclutado para ser un
futuro líder en una guerra interestelar contra una amenaza extraterrestre.
Hasta ahí, un argumento cómo cualquier otro. Me dolía en el alma el que un niño
de su edad pasara por un entrenamiento tan duro, tan maquiavélico y tan
destructivo. El dolor que me producía cada golpe, cada insidia, cada reto
imposible, era culpa de su autor. No paré en mi empeño de terminar el libro y
mis esfuerzos se vieron recompensados. Ahora, sin desvelar a aquellos que no lo
han leído el final, la pregunta a si un líder nace o se hace, mi respuesta es:
Hay unos que nacen para ser líderes, es innato, y otros van construyendo su
identidad de líderes, siempre asesorados en la sombra. Las dos fórmulas son
válidas.
Cuando veo los llamados “Experimentos Sociológicos”, caso de Gran
Hermano, Supervivientes o cualquier Reality que podamos nombrar aquí, siempre
surge una dicotomía de liderazgo: El que sale como líder sin quererlo y el que,
a fuerza de granjearse la confianza de los demás, se enfrenta a él por el
territorio conocido. Es la misma historia, la lucha por los recursos y el ser
humano tiende a ser líder, o a buscarlo irremediablemente. Sucede en cualquier
ámbito de la misma forma, en el campo educativo, en el científico, en el
laboral, e incluso, en la propia casa de cada uno de nosotros. Incluso existe
una persona dedicada a que El Perro de la casa no se convierta en el Líder de
la Manada, como es César Millán (“The Dog Whispered”).
También en las películas hemos
visto líderes de todo tipo, de los que nacen para serlo y de los que tienen que
convertirse. Ejemplos de los primeros los vemos en Leónidas y Jerjes (“300”), o en Jack Sparrow (“Piratas del
Caribe”) o Don Corleone (“El Padrino”). De los segundos vemos como
el Capitán América se convierte en
Líder de los Vengadores, por ser un experto en tiempos de combate, Maximus en “Gladiador” lo hace por supervivencia y carisma o Espartaco por sus
ideales, así como Tom Cruise lo hace
en “El Último Samurai”.
Además de todo esto, tampoco
podemos olvidar a aquellos líderes que necesitan sacar su yo interior, al no
saber qué son líderes en potencia. Aquí entra la figura del Coach, el que hace
crecer tus virtudes, y el que, a la vez,
empequeñece tus defectos. Desde que Morfeo
le entrega a Neo unas pastillas en “Matrix”, está haciendo de Coach para El
Elegido y le va llevando a convertirse en Líder.
Pero, para entenderlo en más
ámbitos, los Programas de Coach se están haciendo muy, pero que muy populares:
El máximo exponente es el de Alberto
Chicote con “Pesadilla en la Cocina”
o la función que Risto Mejide tiene
al hacer de Jurado, sin minusvalorar a cualquier otro fenómeno televisivo
similar.
Así, que, en definitiva, existen cuatro tipos de líderes:
Los innatos, los potenciales (no saben qué lo son), los creados (alguien hace
creer que alguien es un líder) y los que han aprendido a ser líderes.
Para estos últimos, o para quién quiera acudir a un
documento de LeaderShip & Team Management, aquí dejo una presentación: http://www.slideshare.net/ruben157/liderazgo-y-gestin-de-equipos
No hay comentarios:
Publicar un comentario