miércoles, 11 de septiembre de 2013

El líder: ¿Nace o se hace? (LeaderShip: Born o Made?)


El día 1 de noviembre sale a la luz la película “El Juego de Ender”, y ha sido una larga espera, desde que hace diez años cayó en mis manos el libro en que se basa, de O. Scott. Cuando leí aquel libro, entendí muchas cosas que ahora veo como virtudes y defectos de un líder. Trata sobre un niño de apenas 6 ó 7 años que es reclutado para ser un futuro líder en una guerra interestelar contra una amenaza extraterrestre. Hasta ahí, un argumento cómo cualquier otro. Me dolía en el alma el que un niño de su edad pasara por un entrenamiento tan duro, tan maquiavélico y tan destructivo. El dolor que me producía cada golpe, cada insidia, cada reto imposible, era culpa de su autor. No paré en mi empeño de terminar el libro y mis esfuerzos se vieron recompensados. Ahora, sin desvelar a aquellos que no lo han leído el final, la pregunta a si un líder nace o se hace, mi respuesta es: Hay unos que nacen para ser líderes, es innato, y otros van construyendo su identidad de líderes, siempre asesorados en la sombra. Las dos fórmulas son válidas. 

Cuando veo los llamados “Experimentos Sociológicos”, caso de Gran Hermano, Supervivientes o cualquier Reality que podamos nombrar aquí, siempre surge una dicotomía de liderazgo: El que sale como líder sin quererlo y el que, a fuerza de granjearse la confianza de los demás, se enfrenta a él por el territorio conocido. Es la misma historia, la lucha por los recursos y el ser humano tiende a ser líder, o a buscarlo irremediablemente. Sucede en cualquier ámbito de la misma forma, en el campo educativo, en el científico, en el laboral, e incluso, en la propia casa de cada uno de nosotros. Incluso existe una persona dedicada a que El Perro de la casa no se convierta en el Líder de la Manada, como es César Millán (“The Dog Whispered”).

También en las películas hemos visto líderes de todo tipo, de los que nacen para serlo y de los que tienen que convertirse. Ejemplos de los primeros los vemos en Leónidas y Jerjes  (“300”), o en Jack Sparrow (“Piratas del Caribe”) o Don Corleone (“El Padrino”). De los segundos vemos como el Capitán América se convierte en Líder de los Vengadores, por ser un experto en tiempos de combate, Maximus en “Gladiador” lo hace por supervivencia y carisma o Espartaco por sus ideales, así como Tom Cruise lo hace en “El Último Samurai”.

Además de todo esto, tampoco podemos olvidar a aquellos líderes que necesitan sacar su yo interior, al no saber qué son líderes en potencia. Aquí entra la figura del Coach, el que hace crecer  tus virtudes, y el que, a la vez, empequeñece tus defectos. Desde que Morfeo le entrega a Neo unas pastillas en “Matrix”, está haciendo de Coach para El Elegido y le va llevando a convertirse en Líder.

Pero, para entenderlo en más ámbitos, los Programas de Coach se están haciendo muy, pero que muy populares: El máximo exponente es el de Alberto Chicote con “Pesadilla en la Cocina” o la función que Risto Mejide tiene al hacer de Jurado, sin minusvalorar a cualquier otro fenómeno televisivo similar.

Así, que, en definitiva, existen cuatro tipos de líderes: Los innatos, los potenciales (no saben qué lo son), los creados (alguien hace creer que alguien es un líder) y los que han aprendido a ser líderes. 

Para estos últimos, o para quién quiera acudir a un documento de LeaderShip & Team Management, aquí dejo una presentación:  http://www.slideshare.net/ruben157/liderazgo-y-gestin-de-equipos

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